Reciclaje: Varias son las marcas internacionales que ya no dejan que sus residuos terminen en los vertederos y sacan provecho de las oportunidades financieras que está entregando el mercado. En Chile, la cantidad de basura reutilizada sigue siendo un porcentaje menor.
A nivel nacional, casi 10,9 millones de toneladas de residuos tienen origen industrial y otras 7,7 millones son de origen municipal -pymes y hogares, según el ministerio de Medio Ambiente. Un 21% de esto es valorizado para ahorrar costos o aumentar los ingresos.
Las empresas manufactureras, están comenzando a cuantificar el potencial de retorno de vender sus residuos a otros actores en su cadena de valor o el potencial de retorno de reutilizar sus residuos o los de otros para reemplazar materiales vírgenes.
“La mayoría de los principales fabricantes de bebestibles a nivel mundial ahora tienen objetivos corporativos para alcanzar ciertos porcentajes de contenido reciclado en sus envases. ¿Qué significa eso en la práctica? Por ejemplo, que una lata de aluminio tendría que estar hecha con un 50% de aluminio reciclado -a partir de basura de consumo o desechos industriales- y un 50% de aluminio virgen”, explica Whitney Ellis, Gerente del Dpto. Investigación y Consultoría de Evalueserve
“Muchas empresas internacionales han cambiado su forma de mirar la basura, considerándola como un tesoro de oportunidades financieras y, en lugar de dejar que sus residuos fluyan a los vertederos, se cuantifican los diferentes tipos generados e identifican todas las formas potenciales de monetizarlos” asegura.
Otro ejemplo, son los fabricantes de productos de consumo, cada vez más centrados en optimizar y rediseñar formatos y envases, como sería vender champú en barra sólida en lugar de líquido en botella.
“El volumen total de ese champú podría disminuir entre un 65% y un 80% al eliminar el agua, reduciendo drásticamente, a su vez, los costos generales de logística, así como su huella de CO2”, ejemplifica Ellis.
Estos esfuerzos comienzan a formar la base para una economía circular en los espacios en los que se trabaja, a cambiar su estrategia corporativa hacia un modelo comercial sostenible y a ayudar a hacer de nuestro planeta un lugar más limpio.